29.5.13

Se van: son las olas frescas sobre la arena mojada, el vapor cálido de los tés de invierno. Se van pero no se llevan todo. Dejan un rastro de pequeños souvenires invisibles que congelan su visita en los almanaques para siempre; no quieren pasar inadvertidos. Se van como vinieron, en silencio doloroso. Abrumadores, transparentes, punzantes, sangrantes. Se van con ira por guerras que se inventaron para cruzar los límites de los humanos.
Se van: no vuelven. Se va el tiempo. Se desintegran los presentes. Se derrite el hielo. Se cumplen años.
No hay marcas en los calendarios nuevos.