30.4.13

Con frecuencia me sorprende la perfección con la que mi mente proyecta las imágenes de los momentos que no pasaron. Veo el espectro de los colores, los matices en el iris tus ojos y tu sonrisa torcida mientras nos pasa la tarde bajo el sol, leyendo lo que el otro pensó que no nos podíamos perder. Por poco escucho el sonido de tus dedos cuando marcan la página en donde decidiste salir a la superficie para tomarte un descanso de tus mundos preferidos y comentarlos conmigo. Sin importar cuánto lo intente, nunca distingo los hechos de mis imágenes. Quizás habitás una de esas realidades alternativas que no sé si nunca acontecieron o me arrancaron de las manos. Solamente me queda el holograma de lo que pudo ser. Éramos felices.

24.4.13

¡Soltarte!
te liberé
llovía
junto al mar
el día del instante infinito, inefable
en el que te dejé ir

precioso, preciado
te alejaste en la niebla
vislumbré como te tomaban de la mano
espectadora siempre, expectante

voltee los ojos al sur
nos quedamos con el horizonte

fuiste a descubrir tu paisaje nuevo
me quedé tomando fotos de mi alrededor
hermoso e inhabitado,
             [como siempre.

22.4.13

El Futuro, de JC

Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.

17.4.13

50 shades of unloved

¿Cómo es que existimos nosotros, los de corazones invisibles? Acromáticos del amor. Gamas vacías.
El resto, los de colores vivos, escriben páginas y libros; crónicas y anécdotas sobre los visitantes de sus corazones de arcoíris.
Mientras tanto nosotros nos sentamos en nuestra invisibilidad a leerlos con ganas de volvernos tonalidades para algún par de ojos.